Historia de Familia Rubino: Tradición, Innovación y Pasión por el Vino Mendocino

Un legado que nace en el corazón de Mendoza

En el corazón de Mendoza, donde el sol acaricia los viñedos y la Cordillera de los Andes acompaña cada sueño, nace Familia Rubino, una historia de pasión y trabajo que comenzó en 1949. Desde sus orígenes, la bodega se ha distinguido por unir tradición vitivinícola, espíritu familiar e innovación continua.

Los hermanos Santos y José Nicolás Rubino iniciaron este proyecto trabajando la viña con sus propias manos. Su sueño era claro: transformar cada uva en una expresión fiel de la tierra mendocina. Con dedicación y visión de futuro, decidieron dar el siguiente paso y crear una bodega que reflejara su identidad y valores.

El lugar donde todo empezó

El primer espacio donde levantaron esta historia sigue siendo el corazón operativo de la bodega. Allí, entre las primeras máquinas que todavía conservamos, se forjó la esencia de Familia Rubino. Estas herramientas no solo representan esfuerzo y perseverancia, sino también una inspiración constante que nos recuerda nuestros orígenes y nos impulsa a seguir creciendo.

Innovación y tecnología: una mirada al futuro

Hoy, las nuevas generaciones continúan la obra de sus fundadores con la convicción de que tradición e innovación pueden convivir. Por eso, invertimos de manera permanente en tecnología, modernización y procesos de calidad, integrando lo mejor de la vitivinicultura moderna con la experiencia artesanal que nos caracteriza.

Nuestro compromiso es elaborar vinos de excelencia, manteniendo intacta la esencia familiar que nos distingue desde hace más de medio siglo.

Tres terruños, una misma identidad

Los vinos de Familia Rubino nacen en tres regiones emblemáticas de Mendoza:

 

  • Maipú: terruño cálido y de gran expresión frutal.

  • Rivadavia: zona serena, tradicional y de notable equilibrio.

  • Valle de Uco: región majestuosa que aporta frescura, elegancia y carácter.

 

Cada área imprime una personalidad única, permitiendo crear vinos que reflejan la riqueza y diversidad del paisaje mendocino.

Una historia que se renueva en cada botella

Cada botella de Familia Rubino encierra un viaje sensorial que celebra la unión entre pasado y presente. Somos una familia que creció junto a la tierra, que honra un legado y que mira al futuro con la misma pasión que inspiró aquel inicio.

Somos historia, somos trabajo, somos vino.
Somos Familia Rubino.

Te invitamos a descorchar nuestra historia

Cada copa es un homenaje a Mendoza, a la Argentina y a los sueños que se hacen vino. Te invitamos a conocer más sobre nuestra bodega, nuestros procesos y nuestros nuevos lanzamientos.

Familia Rubino: donde la tradición se encuentra con la innovación.

 


¡Hola! ¿En qué podemos ayudarte?